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Yo entrenador. “ Imponer  mi estilo de juego o crear un estilo para mi equipo”

    Por Pedro del Barrio.

El intentar plasmar un dilema tan extenso en un articulo, se entiende que realmente es difícil, pero lo que sin duda lo que  busco es hablar desde mi experiencia, lo que he visto y he vivido como analista deportivo, sobre  esta corriente de gestión futbolística, o también llamada “propuesta”.

Cuando estamos recién diplomados  de nuestros estudios académicos como entrenadores, estamos auténticamente vírgenes en el escenario deportivo real, que se llama COMPETICIÖN. Tenemos conceptos nuevos que aplicar, ideas preconcebidas, ejemplos de entrenadores a seguir etc. Pero llega el dia de la verdad, si el día que somos entrenadores de verdad, ese momento en el que  tenemos a nuestros 22, 23 jugadores en frente, primer dia de pretemporada , donde hay algunos o bastantes que ni conocemos  y les vamos a decir como van a tener que jugar.  Si, señores , les vamos a explicar nuestra propuesta . Os preguntareis, ¿por que No monto un entorno conocido, donde hemos fichado lo que hemos querido a nuestra medida?, por que no siempre será asi y siempre por supuesto hablando de categoría juvenil ultimo año  o aficionado.

Cuando realmente empezamos a trabajar, a emplear nuestro método , parece que todo va como pensamos, corrigiendo cosas como es normal pero deseando empezar a competir.

De repente cuando se empieza a competir, nos damos cuenta que la propuesta aplicada no esta funcionando, siguen pasando partidos y los jugadores se van dan do cuenta que sus condiciones no se adaptan a esa forma de juego para competir 100%.

Luego nos aparecen pensamientos lapidatorios, ” la propuesta es innegociable”. Realmente pensamos que nuestra idea del juego esta por encima de las condiciones  deportivas de nuestros jugadores? Pues en mi opinión rotundamente no, va en contra del aprendizaje, la ejecución biomecánica y el nivel de entendimiento del juego, por parte del jugador.

Se puede jugar bien y no  bonito.  Se puede jugar simple pero efectivo.  Se puede  jugar bien , bonito y efectivo, si claro, pero ya no es tu estilo la parte dominante, tus jugadores marcaran el estilo del equipo.

También a medida que jugadores entran y salen del equipo titular tienes que cambiar detalles, puede que el que entre sea un jugador de patrón diferente por necesidad. Todos nos gustaría ser guardiola, por como jugo su FC Barcelona, la posibilidad de fichar casi a su antojo… pero al final el futbol coloca al futbol en su sitio, valga la redundancia, por que luego hay que hacer es competir. Ha vuelto a ganar Pep una Champions? No.  Si nos falta la esencia del fin, GANAR por que  os va  a anteponer vuestro  estilo si se que no es el mejor plan para la victoria? Yo soy de la opinión que debemos ser  entrenador es para ganar , intentar que el jugador se sienta importante, entienda el juego, sus variantes e intente salir airoso de las fases defensivas y si nos dejan en las ofensivas pues ya seria genial.

El estilo del equipo le marcan los jugadores, y el gen competitivo se lo tiene que inyectar el entrenador. Esta es la humilde opinión de un entrenador.

 

 

                                   Pedro del Barrio Sánchez

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Interiores y extremos

Jesús Cuadrado Pino

Entrenador Nacional de Fútbol.
Máster en Alto Rendimiento Deportivo (Universidad Autónoma de Madrid y C.O.E.).
Director revista TRAINING FÚTBOL y CESFÚTBOL.

 

En muchas ocasiones ocurre que se escribe o se comenta algo que constituye un concepto erróneo o una falsa aseveración. Muchos que lo leen o lo escuchan, lo aceptan como algo correcto, lo repiten y, al final, se produce una multiplicación en los medios de comunicación, en los foros y en la tertulias. El resultado de esta multiplicación es que el concepto erróneo o la falsa aseveración pasan a considerarse datos correctos, cuando en realidad son datos falsos. En el fútbol se produce este hecho con una altísima frecuencia. En los medios de comunicación futbolísticos, en los intercambios de información entre los propios entrenadores y en las diversas jornadas técnicas de actualización, cada vez se introducen más vocablos erróneos que desvirtúan el verdadero significado de cada concepto. Se mezclan y se confunden términos que deberían estar totalmente claros. Actualmente se ha sumado otro gran error terminológico que hace referencia a los puestos de los jugadores dentro de la estructura del equipo. A los que juegan en banda con claras misiones ofensivas, aunque en posición un poco más retrasada que en los equipos clásicos de hace bastantes años, algún iluminado los ha bautizado como interiores. Craso error, porque los interiores, como el propio término indica, son los que tienen su puesto en el interior. Los que tienen su puesto en las bandas, o sea en el exterior, son extremos. La posterior multiplicación del término hace que por mimetismo ahora sea normal denominar interiores a los que son extremos.

 

            Hace bastantes años el reglamento indicaba que los jugadores que saltaban inicialmente al campo tenían que estar numerados del 1 al 11, y los que ocupaban el banquillo del 12 en adelante. Aunque no estaba reglamentado el número que debía llevar cada uno de los jugadores, todos los equipos respetaban una numeración que reflejaba el puesto ocupado por cada jugador. Por otra parte, en los orígenes del fútbol destacan principalmente dos formaciones: la piramidal y la WM. En la formación piramidal estaban establecidas cuatro líneas en los equipos, numerándose a los jugadores desde la primera a la última línea y de derecha a izquierda en relación al puesto que ocupaban; de tal forma que los puestos de jugadores y sus números eran los siguientes: portero (1), dos defensas (2 y 3), tres medios (4, 5 y 6), y cinco delanteros (7, 8, 9, 10 y 11). En esta formación piramidal los extremos eran lógicamente los que jugaban en las bandas, los números 7 y 11; mientras que los interiores eran los que jugaban entre estos extremos y el delantero centro, los números 8 y 10. Posteriormente se pasó a una distribución llamada WM en la que el número 5, que era el medio centro en la distribución anterior, retrasa su posición para meterse entre los dos defensas y se le denomina defensa central. También retrasan su posición los dos interiores (números 8 y 10) con respecto a la línea de los delanteros. De esta manera, en la formación WM quedan claramente delimitadas cinco líneas que con su correspondiente numeración se reflejaba así: portero (1), tres defensas (2, 5 y 3), dos medios un poco más adelantados a los defensas (4 y 6), dos interiores un poco más adelantados que los medios pero también situados hacia dentro del campo y alejados de las bandas (8 y 10), y tres delanteros compuestos por los dos extremos (7 y 11) y un delantero centro (9).

 

            Actualmente se utiliza una gran variedad de formaciones, las fotografías iniciales de la situación de defensa son múltiples: 4-3-3; 4-4-2; 5-3-2; 5-3-1-1; 4-2-3-1; 4-3-2-1; 4-1-4-1; 4-5-1. Además, el número que lleva cada jugador no obedece a indicaciones reglamentarias ni se relaciona con el puesto. En los tiempos que corren, los medios serían los que juegan delante de la línea defensiva, a los que ahora se les llama medios centro o “pivotes”. En buena lógica, los interiores son los que juegan delante de los medios centro o pivotes y un poco más retrasados que los puntas, pero en zonas interiores del campo y no en las bandas; son los que ahora se denominan “medias puntas o enganches”. Pero los que juegan en banda detrás de los puntas son extremos porque juegan en los extremos del campo, no se les puede llamar interiores porque no evolucionan por el interior. Se corresponden con los números 7 y 11 de las formaciones de hace muchos años. Bien es cierto que ahora juegan más retrasados, porque en la dinámica de la fase de ataque en el fútbol actual es más importante llegar a la posición que estar en la posición. La denominación del puesto de cada jugador deriva de la posición que ocupa en el campo dentro de la formación correspondiente, en consecuencia, a los que juegan en las bandas (en los extremos del campo) se les debe llamar extremos; y a los que tienen misiones ofensivas pero juegan por dentro (por el interior del campo) se les debe llamar interiores. Los que juegan en los extremos, y no están en el interior, son extremos. Supone un error terminológico llamarles interiores. Lo mismo que supone un error terminológico llamar elasticidad a la flexibilidad, chispa a la capacidad de aceleración, táctica al juego, estrategia a las acciones a balón parado, concentración a la atención, definir a lo que es finalizar… Es importante llamar a las cosas por su verdadero nombre para que pueda existir un entendimiento común.

Estrenamos sección con un artículo de uno de los entrenadores más conocidos del fútbol vallisoletano. Alvaro Calvo, entrenador nacional de fútbol con una experiencia en los banquillos cercana a dos décadas y consiguiendo numerosos éxitos para el C.D. Parquesol como el ascenso a Infantil Regional y a Cadete Regional, no ha dudado en ningún momento en ofrecernos colaboración para esta sección. ¡Muchas gracias Alvaro! ¡Nos vemos en los campos!

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ALVARO CALVO BARRIOS

Entrenador Nacional de Fútbol

Diplomado en Empresariales

Ingeniero técnico en informática de gestión

Modelo de Juego, por Álvaro Calvo

El modelo de juego (MdJ), que bajo mi punto de vista, es lo primero que tiene que tener claro un entrenador cuando coge un equipo, podríamos resumirlo de forma coloquial con la pregunta  ¿cómo voy a jugar?

EL MdJ es el vehiculo para poder llegar al objetivo, que en el deporte de competición, es conseguir ganar el partido, ¿cómo vamos a jugar? Esta es la primera pregunta que debe hacerse un entrenador, y a partir de ella, desarrollar todo lo que conlleva el entrenamiento de esa forma de juego

El fútbol tiene 4 momentos:

  • Ataque (momento con balón, cómo voy a usarlo para conseguir el gol)

  • Transición defensiva (momento en el que pierdo el balón)

  • Defensa (momento sin balón, como me voy a proteger para que no me hagan gol)

  • Transición ofensiva (momento en el recupero el balón)

Podríamos añadir un quinto momento, que son las situaciones a balón parado, también conocidas como estrategia

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Mi MdJ tiene que ver con qué voy a hacer en esos 4 momentos que se dan en el partido, un buen entrenador, debería tener claro cómo afrontar esas 4 fases.

Preguntas como… ¿voy a proponer un ataque combinativo o juego directo? ¿vamos a atacar por fuera o por dentro? ¿Cuándo perdamos el balón, vamos a presionar rápido hacia adelante o vamos a juntarnos cerca de nuestro área? Son preguntas que nos ayudararán a definir nuestro MdJ

Una vez definido que voy a hacer en esas 4 fases del juego, el entrenador deberá desarrollar unos principios y sub-principios de juego, que serán los que a través de la sesión de entrenamiento, trabajará con sus jugadores para que el equipo llegue a jugar como deseamos .

Habitualmente, se suele confundir el MdJ con el sistema de juego. El sistema de juego es el posicionamiento de los jugadores en el terreno de juego, (por ejemplo, 1-4-4-2,  1-4-3-3, 1-5-3-2…)los sistemas no son ofensivos o defensivos, hacen referencia a la ocupación racional del terreno de juego.

Un ejemplo claro que nos podría servir para diferenciar el MdJ respecto al sistema de juego es el F.C.Barcelona, el cual posee un MdJ reconocible desde la llegada de Johan Cruyff a su banquillo. En la actualidad Ernesto Valverde dentro de este MdJ, utiliza varios sistemas de juego como el 1-4-3-3 o el 1-4-4-2 pero la forma de jugar del equipo no varía, independientemente del sistema que utilice.

© 2018  by  'Once Contra Once' team

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